¿¿Cómo hacer tu propio jardín de árboles frutales en casa??


Crear un jardín de árboles frutales en casa es una actividad gratificante capaz de proporcionar constantemente fruta mucho más fresca y saludable que la que podemos encontrar en los supermercados. Sin embargo, para tener éxito cultivando árboles frutales es de vital importancia dedicarles tiempo y tener en cuenta varios factores clave que te mostraremos a continuación. A lo largo de este artículo, exploraremos estos aspectos en detalle para que tengas todos los conocimientos necesarios para poder llenar tu huerto, terraza o balcón de los árboles frutales que tu desees.  

1. Elegir las especies adecuadas

El primer paso y seguramente uno de los más importantes en la creación de un jardín con árboles frutales es elegir especies que se adapten a las condiciones del lugar en que serán plantados. A continuación, trataremos los principales factores que debemos tener en cuenta:

a) Adaptación al clima

Los árboles frutales tienen requisitos específicos de rangos de temperatura en las diferentes estaciones del año, horas de frío, cantidad de precipitaciones, humedad… para producir frutas de manera efectiva. Precisamente por eso, el clima de la región en la que estén plantados es uno de los factores que más los condicionan. En el apartado de clasificación de los árboles frutales podrás encontrar las diferentes especies organizadas dependiendo del clima (o los climas) a los que mejor se adaptan.

b) Espacio disponible

Evalúa el espacio que tienes disponible en tu jardín, terraza o balcón. Algunas especies de la lista de árboles frutales, como por ejemplo los manzanos, los perales, los ciruelos, los cerezos, los nectarinos, los albaricoqueros o los melocotoneros, disponen de variedades enanas o semienanas pensadas precisamente para personas que quieran cultivar un árbol, pero dispongan de poco espacio en su casa para hacerlo. Las virtudes de este tipo de ejemplares son las siguientes:

  • Tamaño compacto: Los árboles frutales enanos son mucho más pequeños que sus contrapartes más comunes. Esto los hace ideales para pequeños jardines, balcones, patios y otros recintos cuyo espacio esté muy limitado.
  • Facilidad de mantenimiento: Los árboles frutales enanos son mucho más fáciles de cuidar. Algunas tareas como la poda, la fertilización y la cosecha se simplifican debido a su reducido tamaño. Asimismo, el control y el tratamiento de posibles plagas o enfermedades que el árbol pueda padecer también es mucho más fácil.
  • Versatilidad de contenedores: Para los árboles frutales enanos estar plantado en un espacio con mucha profundidad no es una condición sinequanon. Estos se pueden cultivar en contenedores como macetas, lo que los hace ideales para sitios con suelos pobres o infértiles. Además, esto posibilita el movimiento de los árboles cuando las condiciones climáticas no son favorables.
  • Espacio para múltiples variedades: En un espacio bastante reducido es posible plantar múltiples árboles frutales enanos de diferentes variedades, lo que aumenta la versatilidad de los productos que tu huerto o tu jardín genera.
  • Rápida producción de fruta: Los árboles frutales enanos tienden a producir frutas desde una edad más temprana respecto a los árboles convencionales. Esto significa que podrás disfrutar de cosechas más tempranas después de haberlos plantado.

En el apartado de clasificación de árboles frutales podrás consultar cuáles son los árboles de mayor o menor tamaño. Además, en el artículo de árboles frutales pequeños podrás consultar una gran variedad de árboles frutales enanos y la dirección para poderlos adquirir fácilmente. Clicando en las siguientes imágenes te dirigirás a la página de Amazon, donde venden las siguientes especies en variedad enana. Estos productos, tienen un tamaño de entre 60 y 150 cm.

c) Requisitos de riego

Considera la disponibilidad de agua en tu área y elige árboles frutales que se adapten a tus métodos y condiciones de riego. En el apartado de clasificación de los árboles frutales podrás consultar cuáles son aquellos árboles que requieren de un riego más frecuente (de 2 o más veces a la semana si se usa el riego convencional) o los que necesitan solo riegos esporádicos (menos de dos veces a la semana).

2. Preparación del suelo

El suelo es un componente trascendental en el crecimiento saludable de los árboles frutales. Tanto si planeas plantar los árboles en el jardín como si optas otras opciones como las macetas, es fundamental asegurarse de que el suelo sea fértil y próspero para el crecimiento de los árboles. Las características más importantes que debería de tener cualquier suelo para que cualquier árbol pueda crecer saludablemente son los siguientes:

  • Drenaje correcto del agua y la capacidad de aireación de las raíces que requiera cada especie. La mayoría de árboles prefieren los suelos franco arenosas ya que gracias a su composición cumplen estas dos características anteriormente mencionadas. Cabe resaltar que hay una minoría de árboles que prefieren otros tipos de suelo más compactos.
  • pH adecuado a la especie: En cada uno de los artículos de los árboles frutales de nuestra lista de “especies de árboles frutales” podrás consultar el pH más conveniente para cada especie.
  • Nutrientes: aunque hay especies que no requieren un suelo con muchos nutrientes, para la inmensa mayoría de especies se recomienda abonar el suelo periódicamente. Añadir abono cada cierto tiempo mejorará la productividad del árbol. Los nutrientes que estos abonos deberían contener son los siguientes:
    • Nitrógeno (N): El nitrógeno es fundamental para el crecimiento vegetativo de los árboles frutales, como las hojas y las ramas. Es un nutriente importante para que se lleve a cavo la fotosíntesis y también para la producción de proteínas en la planta.
    • Fósforo (P): El fósforo es esencial para el correcto desarrollo algunas partes como las raíces, los frutos o las flores. Este nutriente asiste en la transferencia de energía dentro de la planta y en la formación de ADN.
    • Potasio (K): El potasio es muy importante también para la regulación del agua en la planta. La falta de potasio puede condicionar la resistencia de la planta a enfermedades y la maduración de frutas.
    • Calcio (Ca) y Magnesio (Mg): Estos minerales son fundamentales en la formación de la estructura de la planta y, igual que el nitrógeno, también tiene funciones destacada relacionadas con la fotosíntesis.

3. Riego Adecuado

El riego adecuado es esencial para que tus árboles puedan prosperar correctamente. La cantidad necesaria y la frecuencia de riego debe variar en función de la especie de árbol de la que se trata, el clima de la zona en la que se encuentre el árbol y la etapa de crecimiento en la que se encuentra. Aunque puedes leer las necesidades de riego de cada especie de la lista de árboles frutales en sus respectivos artículos, a continuación, les daremos algunas pautas generales:

  • Riego inicial: durante los primeros meses y años del árbol lo más conveniente es regar de manera frecuente pero con cantidades muy pequeñas. Esto se debe a que las raíces de estos árboles aún son muy pequeñas y, además, el requerimiento de agua del árbol es mucho menor que en su etapa de adultez. Para tener una referencia, el suelo Se debería mantener uniformemente húmedo, pero en cualquier caso hay que evitar los encharcamientos. 
  • Riego regular: Después de haberlos establecido, riega tus árboles de manera regular (puedes consultar la frecuencia recomendada para cada especie en su respectivo artículo), especialmente durante períodos secos o períodos de fructificación. La falta de agua puede afectar negativamente la producción de fruto del árbol en cuestión.
  • Riego profundo: Al contrario que para los árboles más jóvenes, aquellos con un gran sistema de raíces deben ser regados de manera que el agua llegue a zonas profundas. Esto va a promover un sistema radicular fuerte. Otra recomendación muy importante es regar lentamente, de manera que el agua penetre profundamente en el suelo.
  • Adaptación a la climatología: en el caso de las zonas tropicales (sobre todo), las precipitaciones pueden sustituir el riego. Por lo tanto, en el caso de que llueva con cierta intensidad no es necesario aportar más agua a la planta durante un periodo.

4. Importancia de la poda

La poda es una de las prácticas más importantes para el cuidado de los árboles frutales. Esta actividad promueve la salud y la productividad de la planta así como ayuda a mantener su forma. A continuación te hablaremos acerca de los diferentes tipos de podas que existen:

  • Poda de formación: Realiza la poda de formación durante los primeros años de vida del árbol para determinar una estructura básica. Esto implica la eliminación de ramas muertas, dañadas o cruzadas y la promoción de una estructura que permita la entrada de luz y aire.
  • Poda de mantenimiento anual: Después de la fase de formación, la poda de mantenimiento anual se lleva a cabo durante la temporada de poda de invierno. Los objetivos de esta práctica son eliminar las ramas muertas, enfermas o dañadas y minimizar el consumo energético de la planta durante la época de menos actividad.
  • Poda de fructificación: Algunos árboles frutales, como los ciruelos y los manzanos, producen frutas en ramas de un año de edad. Realiza podas selectivas para promover el crecimiento de nuevas ramas de fructificación y eliminar las ramas que ya han producido frutas.

Pero, ¿Cuándo se debe podar un árbol?. La mayoría de los árboles frutales se podan durante la temporada de invierno, cuando están en estado de reposo. Esto minimiza el consumo energético de la planta y reduce el riesgo de enfermedades.

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